El sector aéreo venezolano, esta sometido a las regulaciones impuesta por el gobierno nacional, y aunque en el año 2020, se reiniciaron operaciones con los protocolos requeridos en las aerolíneas y aeropuertos que fueron autorizados en operar, se mantuvo un sistema dañino hasta noviembre del 2021, donde finalmente fue eliminado el método 7+7, plan perjudicial para todas las planificaciones del sector aéreo nacional.
Este año 2022, según las declaraciones oficiales, el método 7+7 no volverá como método de regulación en las actividades aéreas nacionales, sin embargo se mantuvo los destinos a nivel internacional a tan solo unos pocos países que las aerolíneas tiene autorizados volar, esta medida no tuvo sentido nunca, donde los vuelos internacionales siempre se mantuvieron sin restricciones, y de querer mantener el resguardo sanitario pues no debió haber vuelos internacionales para evitar incrementos de contagiados de origen internacional, pero eso no importo, sin embargo la medida fue para los vuelos nacionales entre venezolanos que dadas las precarias formas de movilización del venezolano que resulta mas barato utilizar la vía aérea que por carretera.
Las restricciones que mantiene las autoridades venezolanas, en cuanto a los únicos 5 países, en donde tan solo 3 países son los paises que pueden hacer uso las aerolíneas privadas nacionales, ya que los otros destinos internacionales, son para las aerolíneas internacionales que llegan a Venezuela y para Conviasa (aerolínea pública), esto demuestra que el único objetivo de las autoridades y los entes reguladores es seguir debilitando al empresario nacional que se mantiene a pesar de las condiciones inadecuadas para su operación.
Sin embargo, no menos cierto es, que las empresas aéreas nacionales privadas, son empresas que no cotizan en la bolsa de valores de caracas, no conocemos sus numero financieros, no vemos sus estadísticas de pasajeros movilizados por mes y por año, no sabemos sus inversiones reales en divisa en la actualidad y en las futuras para su patrimonio, en donde luego de tantos años de controles de precios y restricciones en divisas de la economía nacional venezolana, ahora con la permisología del gobierno de poder vender sus boletos aéreos en divisas, no sabemos si ayudo o ayudara al sector aéreo a ir por la senda de convertirse en empresas modelos, en gerencias modelos dentro del territorio nacional.
El sector aéreo venezolano tanto en aerolíneas, aeropuertos e infraestructura tecnológica esta muy lejos de superar sus propias barrera para que este sector económico sea la punta de lanza del resto de la economía, ya que los aeropuertos son la puerta de entrada de un país y sus empresas hablan por si sola como se comportan las empresas nacionales en el país.
Esperemos que este 2022 sea el año de crecimiento real para este sector, que cuente con menos restricciones y que logre ser competitiva como en el pasado en algún momento fue la industria aérea venezolana por su servicio, por sus aviones y por todo lo bueno que llego alcanzar Venezuela.